miércoles, 22 de noviembre de 2017

Mi nueva colección: Transformers

Hace ya demasiados meses, justamente en la entrada número 100 de este blog (increíble número, teniendo en cuenta los altibajos de estos años en cuanto a tiempo disponible) comentaba que mi próxima colección iba a ser Marvel Universe.

Y no cumplí. Ahora, en esta entrada número 101, cuento lo que pasó.

Básicamente, fue una cuestión de tener dinero y encontrar cómo gastarlo en poco tiempo sin culpa.

En una publicación local descubrí que había dos Transformers a la venta, a buen precio, de la línea Generations, la cual reinterpreta versiones clásicas de los personajes (la de la Generación 1, que es la que vi de chico) y los actualiza un poco. Sinceramente ni recordaba a estos personajes, pero el precio y las reseñas eran buenas, así que...

Así llegaron Skywarp y Groove.






De chico era ultra fanático de esta serie, aunque como muchas veces me pasó, no pude seguirla como me hubiera gustado. En esa época los canales dejaban de pasar series, las cambiaban de horario, cortaban y volvían a arrancar desde otra parte, salteaban capítulos... Lo cierto es que Mazinger, Robotech y Transformers fueron mis dibujos de ciencia ficción preferidos, aunque había otros como M.A.S.K.Gobots o los Centuriones que también me atraían mucho. Como no pude tener ninguna figura, siempre quise comprar alguna... y me di el gusto.

Así que con dinero que había ahorrado para otra cosa, arranqué esta colección, en esos días en los que planeaba empezar con Marvel Universe (inicios de agosto).

 Si hubiera sabido... La cuestión es que era relativamente difícil encontrar figuras de Transformers en Argentina. No se conseguían (hasta ese momento) en jugueterías o algo similar. Había que comprarlas en Mercado Libre, con lo cual el costo se incrementaba por los envíos. Sin embargo, encontré algunos en una sucursal de una cadena de hipermercados. Lamentablemente eran de la clase menor de la línea Titans Return, una línea nuevo dentro de Generations. Eran figuras que me resultaban caras: valían lo mismo que una figura de SW económica, pero eran muy pequeñas (del tamaño de un encendedor, más o menos), con transformaciones algo estrambóticas y que se me hacían más juguetes para niños que figuras de acción. Ni por asomo estaban en escala con las que ya había comprado. Dudé mucho, y por suerte no las compré.

Días después descubrí que esa misma cadena lanzaba una promoción sorprendente para el día del niño, que en Argentina se celebra a mitad de agosto. Con un descuento del 40% y una financiación sin interés en 12 cuotas, era la ocasión perfecta para comprar esas figuras "caras" al precio que yo realmente les daba.

Así que un día fui a mirar, con mi tarjeta lista... y lo que pasó fue tremendo a nivel coleccionista. Tenía poco tiempo, y para colmo, eran los últimos días de la promoción. Los padres pasaban con carritos y canastas LLENOS de juguetes, porque la promoción abarcaba toda la categoría, desde la muñeca más barata hasta el auto a radiocontrol más caro. Al ubicar la estantería de los Transformers, veo que quedan pocos de estos hermosos bebés.



Tener el recuerdo vivo de Soundwave eyectando alguno de estos pequeños y dándole instrucciones para que espíen a los Autobots no hizo más que alimentar mis ganas de más Transformers. Así los tomé antes que alguien más lo hiciera, calculé el costo, y como no era demasiado, seguí mirando.

A pocos pasos había una batea casi casi vacía. El horror: ya casi no quedaba ninguno. Solo este muchachote... y había dos o tres unidades, nada más.


Así que sin dudarlo, lo sumé a mi paquete y a mis cálculos. Ya la cosa se ponía más difícil de pagar, pero no tanto. Tenía que seguir investigando.

El problema era que en esa batea ya no había nada más. Además, no estaba totalmente seguro de su precio, porque faltaban indicaciones y además quería estar seguro de la suma. Así que busqué uno de esos aparatos que leen el código de barras y te dan el precio... pero el más cercano estaba muy ocupado, estaba apurado... así que busqué y encontré otro, vacío, un poco más lejos. Al regresar a las bateas, ya casi vacías, con el dato del precio, ¿qué veo abandonado en otra batea, descartado por algún insensato?


"¡No puedo tener tanta suerte!" fue mi primer pensamiento. Aquello era perfecto, porque era, literalmente, el último disponible en esa sucursal. Luego descubrí que no había más modelos de Transformers en ese local, y que tenía prácticamente todos los que se podían conseguir.

Fueron minutos frenéticos de volver a calcular el costo total, quitar el descuento, dividir por 12 para ver las cuotas mensuales... y salir corriendo hacia la fila de la caja para no llegar tarde a donde tenía que ir.

Luego de unos quince minutos de maldecir porque alguien estaba atascando la fila de alguna manera, finalmente llegué, pagué y me fui. Tengo una deuda de la que todavía falta saldar la mitad, pero tengo una nueva colección, que busca expandirse y que me sigue sorprendiendo porque hay casi cientos de personajes y variaciones que me atraen, de una manera u otra.

Siendo aficionado a los automóviles, a los vehículos militares, a los aviones, esta línea es perfecta porque me permite tener dos figuras por el precio de una. Como digo, fue un inicio fuerte y se vienen más cosas.

¿Y qué pasó con coleccionar personajes de Marvel? Bueno... eso se fue de escala. Literalmente. Se los cuento en la siguiente entrada.

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