Durante un buen tiempo no agregué ninguna figura a la colección, porque no tenía estabilidad económica y había otras prioridades en cuanto a qué gastar el dinero. Ahora la situación mejoró, pero estoy pensando en comprar otras cosas y ahorrar, por lo que no quiero lanzarme a gastar demasiado en nuevas figuras.
La solución que desarrollé es sencilla: desprenderme de otras colecciones, o al menos, de parte de ellas.
Una de las cuestiones importantes a la hora de coleccionar es saber la diferencia entre coleccionar y juntar cosas. En su momento, compré de a poco un pequeño grupo de miniaturas de Star Wars a bajo precio, porque me gustaron mucho. Soy fan de las películas y de hecho colecciono también miniaturas del juego de rol (ni sé la cantidad que tengo).
Estas miniaturas eran diferentes, más grandes y con muy buenos detalles (algunas incluso tenían articulaciones), por lo que me entusiasmaron. Pero después fui descubriendo que son relativamente caras y difíciles de conseguir en Argentina. Dejé de comprarlas, y hace tiempo las tenía guardadas en un estante, sin prestarles mucha atención.
Esa mini colección no iba a seguir creciendo, algunas miniaturas no me interesaban demasiado y no tenía sentido dejarlas allí si no las estaba valorando. Para colmo, tengo poco espacio en casa y me daba la impresión de que no eran necesarias: estaba juntando, no coleccionando.
Es por eso que decidí vender la mayoría (me quedé con algunos clone troopers que me gustaron mucho) para recuperar al menos parte de lo invertido y volver a ponerlo en mi principal colección, que es la de la Justice League.
A veces uno tiene que hacer sacrificios, porque no podemos coleccionarlo todo. Es normal entusiasmarse y comprar otras cosas que no encajan en las colecciones que tenemos, pero hay que mantener un sano equilibrio. De otra manera empezamos a juntar, sin ton ni son, y luego es difícil desandar el camino.
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