Al poco tiempo de construir las bases para las figuras, de las que hablé extensamente en varias entradas, me di cuenta de que algunas figuras necesitaban algo más. La colección tiene piezas muy dispares en diseño, tamaño, problemas de fabricación, etc.
Uno de los problemas más graves era el de las figuras que se caían. Esto sucede generalmente con figuras que a) tienen pies pequeños y b) son muy corpulentas en la parte superior, por lo que pesan mucho arriba y tienen poco sostén. La situación empeora si para colmo los pies están dañados/mal fabricados o están hechos en un material demasiado blando.
Lo peor eran estas figuras que menciono recién: con pies desparejos (tengo un par de figuras con una pierna apenas más corta que la otra) que se doblaban cuando la temperatura subía demasiado y hacía que el mal material plástico se deformara más.
Me puse a pensar en alternativas de todo tipo, y pronto comprendí que debía ponerle un tutor a estas figuras, un poco como hacen los agricultores cuando quieren que una planta crezca derecha y hacia arriba. El tema era cómo hacerlo y sobre todo cómo hacer para que fuera lo menos visible posible.
La solución me llegó en parte mirando la película Toy Story 2, cuando vemos a Woody puesto en un exhibidor que lo sostiene por las axilas. Teniendo ya la idea fija, final, me puse a trabajar.
Mi primer sujeto de prueba fue una figura de Parasite, que encima de tener pies débiles, portaba su accesorio en mano, lo que le aportaba más peso. Esta figura había resultado totalmente imposible de sostener en clima más o menos cálido, y siempre, con el tiempo, terminaba deslizándose de su base.
La primera pregunta había sido ¿qué usar como soporte? Pensé en los palos para hacer brochettes, y ni siquiera tuve que comprarlos. Tanto mi madre como mi tía son maestras en hacer manualidades y tienen de todo en sus casas, así que por casualidad, mi tía tenía una bolsa llena de estos palillos, bastante más gruesos que los escarbadientes que usé para sostener los pies en las bases convencionales. Otro tema era conseguir un tornillo más grueso, que hiciera un agujero justo para esos palillos. De nuevo tuve suerte: tenía uno con gancho y todo.
El tema era calcular, marcar el agujero, hacerlo y luego empalmar el palillo. A veces hay que girarlo y hacer mucha fuerza porque no todos son iguales; con el tiempo aprendí a diferenciar los más delgados. Una vez hecho esto, la figura queda así:
¡Ah! Pero eso no era todo. Observen como quedaba desde otro punto de vista, donde se marca a las claras el problema de desvío que tenía.
Lo que faltaba era conseguir unir la figura al soporte. Para eso hice uso de un delgado cable de cobre que tenía también en casa. Ensayé varias ideas antes de decidirme por una. Primero intenté por arriba, y después tomando los brazos de la figura. Pero no me convencían porque si quería sacarla del soporte, tenía que desarmar el arreglo de cable.
Así que finalmente desarrollé una opción similar a la que se ve en Toy Story 2. Para evitar que los bordes cortados del cable pudieran rayas la figura, con la pinza doblé las puntas hacia dentro, como puede verse aquí.
Aquí, el resultado final, para comparar con la situación anterior.
Como puede verse, 100% de mejora. Desde entonces la figura nunca más se cayó ni le pasó nada, y resulta muy fácil tomarla desde la base, como a mí me gusta, sin que se mueva para nada.
Con el tiempo y algo más de experimentación (muy necesaria, debido a que ciertas figuras son muy particulares) fue logrando otras soluciones un poco mejores, particularmente en lo estético. Pero eso lo contaré más adelante.
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